El estrés es el mayor generador de cortisol en nuestro cuerpo. Esto provoca, en situaciones prolongadas, una activación constante de esta hormona en nuestro organismo. La toxicidad y disfunción en nuestro cuerpo comienza a notarse, no sólo en nuestros estados de ánimo sino también a nivel metabólico y estructural ¡Es decir, para mantenernos saludables, es necesario reducir el estrés!

¿Cómo sabemos que estamos estresados?

Observarnos constantemente es el primero paso. ¡En algunos casos, quizás no notamos que estamos estresados, pero nuestro cuerpo y estado de ánimo nos indica que sí lo estamos!

Reacciones que indican estrés:

• Físicas: náuseas, malestar estomacal, sudor, escalofríos, pesadillas, temblores musculares, falta de apetito, exceso de sueño, etc.
• Emocionales: cambios de humor, miedo constante, enojo, culpa, irritabilidad, aflicción, impotencia, sensación de “esto no esta pasando”, sentirse fuera de control, frágil, vulnerable, etc.
• Cognitivas: dificultad de concentración, pensamientos intrusivos, lentos, circulares, problemas de memoria, confusión, desorientación, dificultad para tomar decisiones, imágenes intrusivas, etc.
• Conductuales: inquietud, dificultad para expresarse, dificultad para conectarse con otros, nivel de actividad reducido, mayor consumo de alcohol o drogas, etc.

¿Sabías que las reacciones físicas al estrés son mecanismos de supervivencia, ya que nos permiten defendernos frente a la amenaza y preparan a nuestro cuerpo para luchar o huir, permitiendo a su vez, sobrevivir a los peligros y amenazas que se presentan?

El problema es cuando constantemente y por un tiempo prolongado vivimos bajo el estrés, y éste llega a ser parte de nuestra vida cotidiana, como un estado constante que se ha instalado en nuestro cuerpo.

Recuerda lo que le hace el estrés a tu cuerpo

Pon mucha ATENCIÓN

El exceso de estrés es dañino porque afecta a tu organismo, tus emociones y la manera de relacionarte con los demás. El estrés se ha de afrontar y controlar, no eliminar en casos donde sí lo amerite.

Herramientas de autocuidado            

Actividad física y alimentación:  el ejercicio aumenta la resistencia física del individuo, y también, la resistencia psicológica ya que te obliga a desplazar la atención de los problemas. Te permite descansar y recuperarte. Además de la actividad fisica, hay que tomar en cuenta una alimentación correcta y equilibrada con vitaminas y minerales.

Respiraciones: respirar lento, regular y diafragamáticamente es una respiración correcta y un antídoto contra el estrés. Aunque todos respiramos pocos lo hacemos de la forma correcta.

Para reivindicar el estrés, es necesario: que cuidemos de nostros mismos y consideremos la importancia de un sistema de apoyo adecuado:

• Usando plenamente nuestros recursos personales
• Conociendo nuestros límites, recursos y reacciones
• Compartiendo nuestras dudas, temores y desilusiones
• Expresando nuestras propias necesidades
• Sabiendo decir que NO a tiempo
• Realizando los cambios que creeamos convenientes para mejorar

Recuerda que una mente sana también se reflejará en un cuerpo sano. Pon atención a tu salud, porque tú eres lo más importante para ayudar a los demás. ¡Es necesario comenzar con nosotros mismos!

Sobre la autora

América Sarai Pérez Balcázar, Lic. En Psicología. Equipo Nacional de Voluntariado y Punto focal de  Apoyo Psicosocial en el Estado de Quintana Roo. Actualmente ayuda al voluntariado y personal en gestión de estrés, salud mental y apoyo psicológico. A nivel Nacional apoyó en labores humanitarias en el sismo 2017 y actualmente implementa acciones orientadas a la protección y autocuidado del presonal de la institución.

Información recuperada de: Manual de Gestión del estrés y autocuidado, Cruz Roja Mexicana(mayo 2019) Ed. Gabriela Monticelli, Ilustración: Héctor Flores.