“Mi nombre es Amilcar Galaviz Aguilar. Para mi la Cruz Roja representa prácticamente todo dentro de mi formación como persona. Ha representado un cambio en mi forma de pensar, actuar y ser. Desde que empecé mi labor como socorrista para ayudar a las personas, en otro contexto, en una fase de urgencia. No existían los Paramédicos, eran los Socorristas, los que estaban a bordo de las ambulancias. Me tocó vivir todos esos cambios y transiciones en la Institución. Creo que la Institución es noble, que cambia las mentalidades y los corazones de las personas que tenemos la fortuna de estar en la Institución”.
“Mi nombre es Ramon Mireles Solorio, tengo 44 años, 29 años en Cruz Roja. En estos años he vivido muchas cosas. Hay un servicio que me marcó para siempre. Cuando hay oportunidad de sacarlo lo saco, porque sigo teniéndolo presente. Es de un niño quemado. Todos creemos que cuando lo vimos en llamas, en vez de correr o gritar se envolvió en las cobijas, y el niño no se quemó, se coció. Cuando llegamos y empezamos a retirar las cobijas se veía muy feo. Eso me marcó muchísimo”.
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